Tecnología para el futuro
Toribio Fernández: Efectivamente, la electroquímica es la rama más antigua de la química, pero el trabajo que vamos a realizar en este campo puede tener una influencia decisiva en el futuro. Hasta ahora la electroquímica ha sido considerada como una ciencia de matorral basada en una experiencia sencilla, casi puramente observacional, pero en el futuro se verá que es una ciencia real.
La electroquímica abarca casi todas las áreas del reto tecnológico del futuro, ya que nos va a poner a mano la llave para poder imitar a la naturaleza. Por ejemplo, los seres vivos recuperamos casi en su totalidad nuestra capacidad energética para ser reutilizados en procesos mecánicos; la electroquímica debe dominar estos mecanismos, por ejemplo, para poder hacer el combustible que se va a utilizar en los vuelos espaciales, con el fin de obtener un combustible que oxígeno e hidrógeno en agua potable y electricidad a una temperatura estable.
O la construcción de baterías de combustión que multipliquen el rendimiento de los automóviles, es decir, que permitan la reutilización de la energía liberada por los combustibles fósiles. Las ventanas inteligentes para edificios inteligentes ya están patentadas en el laboratorio de Electroquímica, los músculos artificiales... Todo esto nos parecía ciencia ficción hasta hace poco, pero ya está disponible.
En breve tendremos también pilas sin contaminantes y baterías biodegradables. Son retos de futuro, pero en la actualidad ya estamos trabajando en esa dirección, los mecanismos que corresponden al catalizador siguen siendo desconocidos y, por lo tanto, por ahí tendremos que ir primero. En cualquier caso, no tengo ninguna duda de que en unos pocos años sabremos mucho más.
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