Hablando del espacio
Los esfuerzos realizados en los primeros tiempos de la investigación del espacio exterior que nos rodea y el proyecto de traslado del hombre a la Luna son uno de esos retos que se justifican de forma natural. Posteriormente, gracias a la fuerza propia de la ciencia para su desarrollo, se comenzó a trabajar en el conocimiento de Venus, Mercurio y Martitz, primero mandaron los espacios que orbitaron esos planetas y después fue el turno de los que aterrizaron tanto en Venus como en Marte.
Estos abrieron el camino a otros objetivos: por un lado, dando cabida a la idea de llevar al hombre a Marte y, por otro, poniendo en marcha los espacios que Júpiter y otros planetas exteriores analizarían de cerca. Este último objetivo lo cumplieron perfectamente las sondas Voyager y, una vez que ya han dado sus mejores, van fuera de la órbita de Plutón alejándose para siempre. Siguiendo el esquema de estudio de los planetas interiores, ha transcurrido un año desde que el módulo liberado de la sonda Galileo se sumergiera en la atmósfera de Júpiter.
Los expertos en la dinámica atmosférica de este planeta creían que se iba a encontrar vapor de agua, pero los resultados no han cumplido las expectativas: apenas se ha encontrado agua en la atmósfera de Júpiter. Es curioso porque finalmente se ha encontrado en lugares inesperados. O quizás deberíamos decir que cuando en los últimos meses se ha encontrado agua fuera de la Tierra, la prensa ha difuminado demasiado los hallazgos, esperemos o no encontrarlos.
La predicción de la presencia de oxígeno en Ganimedes el pasado mes de noviembre no ha generado sorpresa entre los expertos, ya que el año pasado se encontró en Europa (otro satélite de Júpiter). El hielo de Ganimedes es el oxígeno liberado por las moléculas de agua helada que se han roto por los ataques de los rayos cósmicos, meteoritos, etc. en la fina atmósfera de Ganímedes (la presión que genera es un millón de veces menor que la que tenemos en la Tierra). Por lo tanto, este oxígeno no está relacionado con ningún proceso relacionado con la vida, como se subraya en toda información. ¿Por qué tanta publicidad y esa alusión a la vida extraterrestre?
La Defensoría estadounidense ha publicado recientemente que en un cráter del polo sur de la Luna también hay un lago de hielo. Lo más destacado de la noticia es que facilitaría en gran medida la construcción de una colonia permanente en la Luna. Y todo cuando un grupo de investigadores de la NASA ha anunciado en Marte que hay o ha existido una vida y quiere poner fecha a un posible proyecto para llevar al hombre a Marte.
Al desaparecer la necesidad de proyectos en torno a la “guerra de las galaxias”, la NASA y el RKA (Agencia Espacial Rusa) han sufrido una continua disminución de sus presupuestos (en el caso del RKA, por otras razones que todos conocemos). El mero reconocimiento de Saturno o el hecho de que el hombre se vea en Marte, después de haberlo visto hace tiempo en la Luna, no son objetivos que tienen fuerza. Por ello, los científicos persiguen uno de esos proyectos que se justifica por sí mismos para que no se cierren más los fondos.
Uno de estos proyectos podría ser la búsqueda de posibles indicios de vida en el Sistema Solar, llevando al hombre de nuevo a la Luna y a Marte. Algunos creen que el hallazgo de la menor huella que confirmaría plenamente la existencia o la existencia de vida fuera de la Tierra provocaría la revolución cultural que supuso el abandono del geocentrismo en su día o la aprobación de la teoría de la evolución.
En mi opinión, las consecuencias de tener que promover estas ideas son, junto con la predicción que se ha encontrado oxígeno en Ganimedes, hacer alusiones a la vida extraterrestre que no vienen a la cuenta o relacionar la importancia del agua que se ha encontrado en la Luna con una posible colonia sostenible. A pesar de todo, a finales de año se lanzaron dos naves para que se aterricen en Marte. No cabe duda de que el próximo verano habrá muchas noticias de interés al llegar estos espacios.
Zu idazle
Zientzia aldizkaria
