Según un estudio realizado por el servicio de traumatología del hospital austríaco de Innsbruck, un tercio de los esquiadores que han tenido que hospitalizarse por lesiones graves de esquí se encontraban bajo la influencia del alcohol o la benzodiazepina. Esta conclusión se ha extraído del estudio de 402 esquiadores implicados en el accidente.
De estos 402 esquiadores 81, es decir, el 20%, tenían alcohol en orina, 34, es decir, un 8,5%, restos de benzodiazepina y 10 esquiadores. Además, los heridos que consumieron alcohol o benzodiazepina estaban más graves que los que no consumieron nada.
Los accidentes de los esquiadores consumidos por alcohol o medicamentos se produjeron a mediodía. En general, estos esquiadores eran principiantes o no tenían demasiada habilidad para esquiar. Los hábiles esquiadores que sufrieron accidentes no tuvieron, en general, restos de alcohol.
Tras el ingreso hospitalario, el 80% de los accidentados por alcohol confirmó sin problemas el consumo de alcohol. Por el contrario, entre quienes consumieron medicamentos prácticamente nadie confirmó la toma de medicamentos.
De este hecho se puede deducir que la imagen social del alcohol es mejor que la del medicamento.