En el mismo proceso se facilita, de paso, el tratamiento del agua, ya que en gran medida se limpia.
El agua residual está llena de materia orgánica y hay muchas bacterias que se alimentan de ella. Estas bacterias queman agua de saneamiento, restos de comida, etc. y lo convierten en dióxido de carbono. En este proceso extraen electrones de la materia orgánica. Este nuevo mecanismo permite que estos electrones sean canalizados para generar la pila de combustible. Para ello se bombea el agua en un circuito de carbono y platino.
Aún tendrán que hacer más intentos, pero tienen previsto conseguir una pila de combustible adecuada para poder utilizarla en los hogares. Además, consideran que si el agua residual se convierte en un recurso económico, es posible facilitar el saneamiento básico en los municipios en desarrollo.