La bacteria Deinococcus radiodurans es conocida por soportar muy bien la radiación. Es capaz de soportar una radiación de 10.000 gray (una célula humana no soporta más de 10 grays), por lo que es ideal para investigar la protección contra la radiación.
Como la radiación afecta al ADN, la mayoría de los investigadores han buscado la protección contra la radiación en el propio ADN. Pero investigadores estadounidenses, liderados por Michael Daly, descubren que la clave está en las proteínas que forman el sistema de reparación del ADN. Los sistemas de reparación de la bacteria D. radiodurans son más eficaces que el resto de bacterias.
La clave para llegar a esta conclusión ha sido el manganeso. Y es que vieron que D. radiodurans tiene 300 veces más manganeso de lo normal. Tirando de este hilo llegaron a un complejo químico basado en el manganeso. Y se dieron cuenta de que este complejo tenía capacidad para neutralizar los radicales libres creados por la radiación.