Unos biólogos del Instituto Federal Suizo de Tecnología han creado una estructura que actúa como reloj en una célula de un mamífero. Esto ya se ha conseguido en bacterias, pero las células de los mamíferos son mucho más complejas. Los investigadores suizos han utilizado el truco de añadir un gen a la célula que detiene cíclicamente su propia expresión. El resultado de la activación del gen es la desactivación del mismo. Así producen los pulsos del reloj y una lectura larga hacia atrás de la molécula de ADN controla el tiempo entre pulsos.