Un equipo internacional comandado por el premio Nobel Andrew Fire ha descubierto una nueva entidad en bacterias que viven en la boca y el intestino de los seres humanos. Son cadenas circulares de ARN a las que se les ha denominado obeliscos por su aspecto. Son más simples que los virus, que tienen alrededor de 1.000 nucleótidos, y no tienen capacidad. Sin embargo, codifican los genes. Los investigadores investigan su función y su influencia en la salud.
El hallazgo ha sido dado a conocer a través de la revista 'Cell'. Los investigadores han explicado que los hallazgos se han realizado a través de estudios bioinformáticos de secuencias genéticas obtenidas a partir de excrementos humanos. Con este método, también se ha buscado en otras muestras, como los ecosistemas terrestres, fluviales y marinos y el microbioman animal, y se han identificado un total de casi 30.000 obeliscos.
El descubrimiento de los obeliscos ha despertado nuevas preguntas sobre el origen y la evolución de la diversidad microbiológica.