Qué serán las células embrionarias en función de su fuerza

Etxebeste Aduriz, Egoitz

Elhuyar Zientzia

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Las células más contráctiles (rosas) se desplazan hacia el interior y crean el feto. Ed. Jean-Léon Maître/EMBL

Los investigadores de European Molecular Biology Laboratorie han llegado a la conclusión de que el hecho de que las células de los embriones formen parte de la placenta o del feto depende de su capacidad de contracción. En los embriones de ratón han visto que las células más contraídas y que no dejan de bailar forman el feto. Los resultados del estudio se han publicado en Natura.

Poco después de la implantación del embrión en el útero, algunas de sus células se desplazan hacia el interior. Estos son los que darán el feto y de los que quedan en la piel se crea la placenta. Pues bien, los investigadores han visto que la inmovilización de las células embrionarias en la superficie o su desplazamiento al interior depende de la capacidad contráctil de las células. Se ha medido que los que se contraían al menos 1,5 veces más que los que les rodean lo hacen dentro.

Y al analizar por qué algunas células se contraían más que otras, han visto que depende del número de apicales proteicos. Las células con menos proteínas apicales se contraen más y se mueven hacia dentro para formar el feto. Por otro lado, cuando los investigadores impidieron la contracción celular, quedaron sorprendidos: “cuando actuamos sobre la capacidad de contracción, las células quedaron en la superficie. Pero, en lugar de convertirse en células de placenta como era de esperar, se convirtieron en células embrionarias”, explica el investigador Jean-Leon Maître. “Esto significa que sentir las fuerzas del entorno es importante para las células para saber dónde están y qué deben ser”.

Hace un año, estos investigadores vieron que los primeros días del embrión todas sus células bailan una especie de danza, una danza formada por ondas de contracción. Ahora han visto que cuando el embrión tiene tres o cuatro días, las células que se convertirán en placenta dejan de bailar.

A pesar de que la investigación se ha realizado con embriones de ratón, se cree que ocurrirá de forma similar en humanos, ya que las primeras fases del desarrollo son prácticamente iguales en los embriones de ratones y humanos. Además, los investigadores consideran que estos resultados podrían ser útiles en las fecundaciones asistidas. De hecho, los embriones son extirpados de una célula de diagnosis preimplantada para conocer si tiene alteración genética, y sabiendo que las células que se van a convertir en placenta no bailan, se podría eliminar una de ellas y así evitar la extracción de una de las células que formará el feto.

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