En los países donde la malaria está muy extendida, las mujeres embarazadas constituyen el grupo de riesgo más importante. El equipo de investigadores estadounidenses que trabaja en Nairobi (Kenia) ha descubierto que, en el caso de las embarazadas, el parásito de la malaria se adhiere a una proteína que sólo se puede encontrar en la placenta. Es una enfermedad que contagia sobre todo a los que llevan a su primer hijo.
Los parásitos a menudo producen anemia, lo que provoca que las mujeres tengan bebés o les anticipe el parto. Las cetulas contaminadas por la malaria se dirigen a la proteína denominada condroitina A, que sólo se encuentra en la placenta. Según los investigadores, por tanto, el condroitín A es el principal receptor del parásito de malaria.
El sistema defensivo no es consciente cuando entra el parásito, pero no está claro cuál es la causa de este extraño comportamiento: que el parásito que se adhiere a la cal sea diferente o que el receptor tenga ciertas peculiaridades. Quieren liberar este nudo para preparar la vacuna contra la malaria o, por defecto, para evitar que el parásito se pegue a la cal. Esta última no será fácil ya que tanto el parásito como el receptor son variables.