El elefante, los murciélagos hibernantes, la orca, el delfín, las ratas desnudas de topo (Heterocephalus glaber) y el roedor Ictidomys tridecemlineatus presentan una particularidad con respecto al resto de mamíferos: presentan zonas que provocan cambios en ciertos fragmentos genómicos que son iguales tanto en humanos como en otros mamíferos. Los investigadores de la Universidad de Utah se han centrado en estos cambios. De hecho, estas siete especies presentan interesantes características desde el punto de vista médico y sospechan que la clave puede estar en los cambios.
Así, las conclusiones extraídas del genoma del elefante han sido publicadas en la revista Cell. El objetivo era averiguar por qué los elefantes no tienen cáncer a pesar de ser tan grandes. Y han visto que han modificado la parte del genoma que se ocupa de la respuesta de los genes que responden a los daños del ADN. En concreto, disponen de áreas que agilizan la respuesta alrededor de los genes responsables de la respuesta. Los investigadores han explicado que esta peculiaridad es consecuencia de una rápida evolución.
De hecho, en nuestro genoma también tenemos estos genes, por lo que los investigadores creen que es posible que influyan en ellos para mejorar la respuesta, como en los elefantes. Esperan encontrar claves útiles en otros animales, como el ratón de topo desnudo, relacionado con el glaucoma humano.