Tomando como referencia el proceso de congelación del agua del mar, investigadores del laboratorio estadounidense Lawrence Berkeley han elaborado un material cerámico muy duro y compacto.
Primero se colocó el polvo de cerámica en suspensión en el agua y se congeló el agua controlando la velocidad de congelación y la dirección. Las partículas cerámicas quedaron atrapadas en el hielo. El hielo se evaporó y quedó una estructura porosa, un andamio. Para finalizar, se rellenaron los poros de este andamio con un polímero orgánico, que puede ser utilizado en algún metal.
El material obtenido es duro, compacto y denso, además de que el proceso se realiza de forma controlada, pudiendo variar las características de esta estructura cerámica en función de las necesidades.