Una técnica denominada ARN-Puentes permite insertar, invertir o eliminar secuencias de ADN largas en posiciones específicas del genoma bacteriano. Es más eficaz y exacto que los métodos actuales, pero todavía no se ha demostrado que sea útil en células humanas.
La técnica, desarrollada por un equipo de investigadores de Estados Unidos y Japón, ha sido desarrollada en Nature a través de dos artículos. En la primera se han descrito los puentes de ARN: Es un conductor de ARN capaz de identificar y asociar la posición exacta que se quiere cambiar en el genoma y la del donante.
En el segundo artículo, se ha utilizado la criomicroscopia para desentrañar la estructura molecular de los complejos que surgen en la edición de RNA-puentes. En el complejo participa la enzima IS110. Así, han descubierto criomicroscópicamente la estructura de todos los elementos del complejo que intervienen en el proceso a cada paso, es decir, cómo conocen la enzima IS110 y el puente RNA el objetivo de ADN y el ADN, cómo cortan las dos cadenas de ADN, cómo cortan y pegan esas partes y cómo hacen lo mismo con el resto.
Los puentes de ARN se encuentran en bacterias y arqueos, por lo que los investigadores se han inspirado en ellos para crear el método de los puentes de ARN. Si es útil en mamíferos, ofrece muchas posibilidades, ya que es más simple y preciso que el CRISPR. No obstante, han advertido de que el método CRISPR está muy desarrollado, por lo que habrá que hacer un gran trabajo para alcanzar y demostrar que supera la técnica de los puentes de ARN.