Hace dos mil millones de años, las cianobacterias eran las criaturas más abundantes de los océanos terrestres. Fueron los primeros que empezaron a realizar la fotosíntesis y, según las teorías, esta es la causa de la que hoy en día tenemos una atmósfera llena de oxígeno.
En la misma época aparecieron las primeras algas eucariotas, pero durante mil millones de años no evolucionaron mucho. Un grupo de paleontólogos y geoquímicos de la Universidad de Harvard ha trabajado en el estudio de los sedimentos de entonces y ha publicado una nueva teoría sobre la falta de evolución.
Según ellos, la razón principal para que las algas eucariotas no evolucionen durante un período tan largo sería el hambre. Muchos de los metales presentes en el agua, debido a la reciente aparición de oxígeno en la atmósfera, fueron precipitados y acumulados en los sedimentos. Esto hizo que el agua de los océanos se redujera muy poco en los minerales, lo que hizo que esa carencia, lejos de impulsar la evolución, parase.
Cuando la atmósfera se llenó de oxígeno, mil millones de años después, los alimentos volvieron a aumentar en los océanos. Las algas tuvieron que esperar hasta entonces para evolucionar.