Aunque en la actualidad existen pocas especies de caballos, burros y cebras (todas ellas de un solo género, Equus), hace 56-33,9 millones de años había una mayor diversidad. Era uno de los grupos más extendidos de Europa. Investigadores del Grupo Paleontológico de Vertebrados de la UPV han identificado dos nuevas especies de temporadas por hora en el yacimiento de Zambrana, en Álava: Especies Leptolophus Cuestai y Leptolophus franzeni.
En aquella época, Europa era un archipiélago, una isla muy compuesta. Entre ellas sólo existían conexiones temporales y cada isla contaba con fauna endémica. Más de la mitad de los géneros de matorral presentes en el archipiélago eran zarzas endémicas de la isla ibérica. “Los équidos actuales tienen un solo dedo –dice la investigadora Leire Perales Gogenola–, pero las temporadas de aquella época tenían tres dedos. Al fin y al cabo, no estaban especialmente adaptados para correr. Y había grandes diferencias de tamaño: una de las nuevas especies encontradas pesaba unos 30 kg y la otra 150 kg”.
Al principio del Holoceno había una gran temperatura y humedad. En esta época surgieron ecosistemas tropicales y subtropicales en casi todo el mundo. “En Zambrana había terrenos pantanosos donde había cocodrilos, marsupiales, tortugas, primates y otros animales”, ha precisado la investigadora Ainara Badiola. “En la crisis climático-biológica durante la transición al oligoceno, sin embargo, este ecosistema tropical comenzó a deteriorarse y el paisaje se fue transformando en la pérdida de bosques tropicales y en la aparición de comunidades vegetales más templadas, zonas más abiertas y prados”.
Los investigadores han descubierto que las dos nuevas especies de matorral encontradas tenían las varillas adecuadas para alimentar la vegetación de zonas más abiertas. “Las tacas traseras eran muy largas, como las de los équidos actuales, es decir, adaptadas para comer hierbas y otras plantas que erosionan los dientes. Por lo tanto, es posible que en aquella época ya se extendieran los prados en la zona ibérica, a diferencia de la zona media europea”, explica Perales.
Los dientes son una herramienta perfecta para los paleontólogos. Los utilizamos para identificar grupos y sirven para saber qué comían los animales. “El estudio del microdesgaste en las muelas nos permite conocer lo que el animal comió en los días previos a su muerte”.
Zambrana está siendo investigada desde 1998 por los paleontólogos de la UPV-EHU, que todavía tienen materiales pendientes de investigar. Previamente se identificaron otras dos especies de temporadas: Pachynolophus zambranensis e Iberolophus arabensis. Sin embargo, han explicado los fósiles de diferentes tipos de mamíferos y han obtenido información significativa sobre los cambios climáticos y ambientales ocurridos en Europa y en el País Vasco a lo largo del tiempo geológico. Las dos últimas especies han sido anunciadas en la revista Journal of Vermiolate Paleontology.