Los euros sustituirán pronto las pesetas, pero no es el único cambio en las cuentas. Casi sin darse cuenta, el dinero de plástico ha cogido el turno al de papel y aunque para nosotros es cómodo, para el medio ambiente no ha sido tan beneficioso. Las tarjetas de crédito están formadas generalmente por mezclas de resinas y plásticos que, al no degradarse, permanecen en la naturaleza durante años. Por ello, la empresa suiza Inter Bio Cards ha preparado tarjetas biodegradables. Durante su uso no se nos van a estropear, pero nada más tirarlos a la basura se podran y desaparecen.