Hace 66 millones de años, un asteroide impactó contra el lugar donde hoy en día se encuentra el golfo de México y dejó un gigantesco cráter: Chicxulú. Los cambios producidos por el impacto determinaron el límite K-Pg (antes conocido como K/T), es decir, el límite entre el Cretácico y el Paleógeno. Algorri en Zumaia es uno de los lugares donde mejor se aprecia este límite, y una de sus características es que el 60% de las especies desaparecieron, entre ellas la mayoría de las especies de dinosaurios. Este impacto es considerado como la principal teoría para explicar la desaparición de los dinosaurios.
Ahora, en muestras tomadas en la frontera K-Pg, investigadores de la Universidad de Colonia (Alemania) han analizado isótopos de rutenio y los han comparado con muestras de esferulas cósmicas de tipo arcaico (3500-3200 millones de años) y carbonatadas de dos meteoricos. Así, se ha observado que la firma de rutenio de la frontera K-Pg es uniforme y muy similar a la de las condritas carbonosas, mientras que no se parece a las muestras de la Tierra y de otros tipos de meteoritos. De aquí se deduce que el asteroide pudo haber llegado más allá de Júpiter.
Según han explicado, es diferente a otros asteroides y meteoritos creados desde hace más de 500 millones de años y supone una excepción absoluta entre los cuerpos que se han lanzado contra la Tierra, que han llegado desde zonas del sistema solar. El cráter Chicxulub fue el encargado de crear el proceso, por lo que se deduce que se inició poco después de la formación del sistema solar. El estudio ha sido publicado en la revista Science.