Los humanos y los ratones, cuando están infectados por el virus del dengue o del sucio, segregan una sustancia química que atrae a los mosquitos.
Los virus del dengue y del sucio se propagan a través de los mosquitos. Los investigadores observan que los mosquitos tienden a picar a los huéspedes infectados. Como es sabido, utilizan el olfato para elegir al huésped. Así, el estudio del olor de los huéspedes infectados revela que la acetofenona es la clave, ya que se encontraba en concentraciones superiores a las habituales en la piel de los individuos infectados.
También se ha estudiado cómo el virus aumenta la producción de esta molécula y se ha comprobado que eliminan una proteína que condiciona la composición microbiana de la piel, con lo que aumentan las bacterias que producen acetofenona.
Por otro lado, han observado que un fármaco utilizado para el tratamiento del acné, la isotretinoína, tiene que ver con esta proteína y que los ratones tratados con isotretinoinas escapan a las picaduras de mosquitos.
Por lo tanto, identificada la molécula que atrae a los mosquitos, es posible que tenga un tratamiento que los proteja de la picadura de los mosquitos y que impida su propagación.