Los jardines diabólicos son zonas de la selva amazónica en las que sólo crece una (o casi la única) especie arbórea. El Durón es triste. Pues bien, se ha comprobado que el responsable es la hormiga de Myrmelachista schumanni.
Para la investigación se realizó una prueba muy sencilla: D. plantaron otra planta no hirsuta en un jardín demoníaco, una especie de cedro que crece en la Amazonía, impidiendo que las hormigas lleguen primero a la planta. El cedro creció como en otros lugares de la selva. Posteriormente, las hormigas dejaron que llegaran al cedro y, al cabo de unos cinco días, la planta perdió sus hojas y murió. Conclusión: el cedro fue asesinado por las hormigas.
Siguiendo más cerca la actividad de las hormigas, vieron que se introducía ácido fórmico en las hojas y que el veneno se extendía desde las hojas a toda la planta.
La investigación, por el momento, se ha realizado únicamente con plantas jóvenes. Y no saben las hormigas que atacan de la misma manera a una planta o árbol maduro. También se puede observar cómo se comportan frente a otras especies vegetales, ya que, por muy escasas que sean, además de D. hirsuta, existen otras especies vegetales que crecen en jardines diabólicos.