Datos clave sobre la evolución de los neandertales, analizando 17 cráneos de Atapuerca
Juan Luis Arsuaga es el autor principal del artículo de Science, pero junto a él han firmado el trabajo otros 18 autores, entre ellos Asier Gómez Olivencia. Según él, la principal aportación del estudio es que han sabido que hace 430.000 años son los primeros rasgos distintivos de la anatomía neandertal. “Estas particularidades se ven en cara y dientes”, matiza Gómez.
Gómez destaca la riqueza del Osin de los Huesos: “No hay otros yacimientos en el mundo con este tipo de colección”. De hecho, los 17 cráneos investigados pertenecen a este yacimiento y algunos han salido a la luz por primera vez. Los primeros encontrados se encontraron en 1993, tres de los cuales se dieron a conocer en la revista Nature. Se han encontrado fragmentos del resto en excavaciones posteriores, y han trabajado mucho en su clasificación y composición.
Además, durante estos años se ha profundizado en la geología del yacimiento, información que ha servido para comprender cómo se acumularon tantos cadáveres en el mismo lugar y para realizar la datación. De hecho, para la datación de los fósiles se han utilizado nuevas técnicas ensayadas en la propia Atapuerca, que han concluido que son de hace 430.000 años.
Una de las mayores ventajas de los fósiles del Osín Óseo es que todos pertenecen a una misma población biológica. Esto “nos ha permitido ver la variabilidad”, explica Gómez, “y hemos demostrado que la variación en los cráneos es baja”. Además, a la vista de otros calavera del Pleistoceno Medio (fuera de Atapuerca), se ha llegado a la conclusión de que en aquella época algunos grupos tenían más rasgos que otros que caracterizan a los neandertales. Esto significa “una evolución compleja”, según Gómez.
Buscando respuestas
Ha sido un gran debate sobre la formación de la calavera de los neandertales. El trabajo de Osin de huesos confirma que el modelo evolutivo fue modular o mosaico. Como los primeros cambios se produjeron en los dientes y en la cara, los investigadores han propuesto la especialización en las formas y estructuras de masticación. En el artículo se han mostrado pruebas favorables a esta idea, así como datos que hacen pensar que los neurogarezos y el encéfalo han evolucionado posteriormente, como el volumen del cráneo, el cociente de encefalización, la zona del cráneo, el esqueleto facial, las mandíbulas y la dentadura.
Por todo ello, en el apartado de discusión del artículo, los autores señalan que algunos investigadores han sugerido que los individuos analizados deberían ser considerados como antiguos miembros de la especie Homo neanderthalensis. Sin embargo, los autores consideran que las características de los fósiles del Osín Óseo son bastante diferentes a las del Homo neanderthalensis, por lo que son grupos (taxones) diferenciados. Sin embargo, han reconocido que aún no pueden decidir si pertenecen o no a la misma especie.
No obstante, indican su intención de seguir trabajando para responder a esta y otras preguntas. Gómez ha adelantado que “en el Osín de los huesos hay todos los huesos del esqueleto y poco a poco estamos investigando cada parte anatómica”. El resultado de estas investigaciones ha calificado de importante “no sólo para comprender la evolución de los neandertales, sino también para conocer los cambios ocurridos en nuestro linaje”.
Asimismo, ha recordado que recientemente se ha obtenido el ADN del hombre fósil más antiguo hasta la fecha, “por lo que la información que se está obteniendo de este yacimiento todavía no se ha agotado”.
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