Elhuyar Fundazioa
Daniel Bernoulli, entró en la ciudad holandesa de Groninga el 29 de enero de 1700. Su familia fue de Amberes a buscar un refugio en la Basílea de Suiza. A finales del siglo XX. Los bernoullitos eran famosos matemáticos y físicos en Suiza. El tío Jakob de Daniel fue matemático de la época de Newton y Leibniz, y muy bueno. También su padre Johann había alcanzado una gran fama y Daniel nació siendo profesor de Groningan.
El padre y el tío de Daniel encontraron nuevas aplicaciones al cálculo matemático, pero además tuvo otros dos hermanos, un primo y dos sobrinos al matemático o científico.
En 1705 Daniel y su familia volvieron a Suiza. Allí estudió medicina y matemáticas.
En 1724 escribió en Venecia Excercitationes mathematicaes, resolviendo separadamente las variables Ecuación de Ricatti. Entonces trabajó junto a su hermano Nicolás en la Academia de San Petersburgo (1725-1733) y realizó investigaciones básicas sobre la teoría de la elasticidad e hidrodinámica.
En 1733 regresó a Suiza y en Basilea enseñó botánica, anatomía y filosofía natural. En 1738 publicó su principal obra Hydrodynamica. Al comprobar que al acelerar la velocidad de los fluidos la presión disminuía, se le denomina Principio de Bernoulli. Se utiliza para la obtención de vacío en los laboratorios mediante la conexión a un recipiente de un tubo o sifón de paso rápido de agua.
Bernoulli planteó primero el problema del comportamiento de los gases alterando su temperatura y presión. Boyle, Mariotte y Amontonons habían visto esos cambios, pero no fueron capaces de explicarlos.
Bernoulli consideró que los gases estaban compuestos de partículas pequeñas y enfocó el problema desde el punto de vista matemático. Aplicando el cálculo de probabilidades de Pascal y Fermat, obtuvo resultados aceptables, aunque los métodos empleados no fueron muy estrictos.
Si los científicos de aquella época hicieran más caso a la obra de Bernoulli, los avances en el camino del atomismo se habrían extendido antes.
Por su parte, Daniel participó junto a Euler y D’Alembert en el problema de los hilos vibratorios, pero también escribió trabajos sobre medicina.
Murió en Basilea el 17 de marzo de 1782.