A pesar de los beneficios que aporta la vitamina D para combatir la pérdida de la pulpa ósea, un investigador japonés, durante su investigación para una oficina de farmacia, ha descubierto que esta misma vitamina puede producir un efecto contrario.
A pesar de que la situación parezca paradójica, la fisióloga Ikeda se encuentra con una explicación. Para ello ha estudiado una señal llamada RANK. Esta señal obliga a las células a convertirse en osteoclastas, es decir, en un tipo de células que destruyen el hueso. La vitamina D es buena para los huesos porque corta la señal RANK, es decir, impide que las células pre-osteoclastas se conviertan en osteoclastas.
Pero no es lo único que hace la vitamina D, y por eso surge la paradoja. De hecho, lo segundo que hace la vitamina D es aumentar la señal RANK en las células óseas constructoras y convertirlas en osteoclastas.
Según esto, la vitamina D beneficia a las personas que sufren una gran pérdida ósea. En el resto la balanza queda equilibrada.