Los sistemas CAD (Diseño Asistido por Ordenador) y CAM (Fabricación Asistida por Ordenador) son ya conocidos en el amplio campo de la ingeniería.
Como es sabido, el sistema CAD permite crear en pantalla de ordenador el diseño de cualquier tipo de producto. Los primeros sistemas CAD eran sólo para representaciones gráficas bidimensionales, es decir, para visualizar las vistas normalizadas que se utilizan hasta entonces para representar las formas, dimensiones y características de los productos representados en los planos de papel. En poco tiempo, las técnicas y habilidades de dibujo que se utilizaron durante muchos años tuvieron que ser abandonadas en parte. La facilidad que ofrece para dirigir e incluso para transportar, hizo imprescindible el reciclaje del personal de las oficinas técnicas.
En Euskal Herria también conocimos esta transformación, sobre todo a partir de los ochenta. Y no ha sido mucho más lento que en los países vecinos, al menos en las empresas que han conseguido mantenerse. Es difícil encontrar empresas que actualmente no disponen del sistema CAD, aunque todavía no se ha descartado totalmente el dibujo técnico tradicional.
El siguiente paso fueron los sistemas CAD tridimensionales, que pueden presentar el producto en su verdadera forma espacial, con una visión desde el punto de vista deseado.
La estereolitografía y la "realidad virtual" son los últimos resultados del CAD. El primero convierte el producto “electrónico” generado en el ordenador en un modelo físico; el segundo, sin necesidad de crear un modelo físico, permite manipular la imagen del producto que está en el propio ordenador.
Los sistemas CAM operan en un marco más estrecho de fabricación por arranque de viruta.
Su función es determinar el recorrido que debe seguir la herramienta para obtener una pieza mecánica. Aunque en la mayoría de las piezas mecánicas el recorrido de la herramienta es un problema bidimensional, su determinación automática no es tan sencilla como los lienzos. En la actualidad son capaces de obtener automáticamente los recorridos de herramienta necesarios para mecanizar las superficies complejas que pueden generar las máquinas de 5 ejes.
Obviamente, el beneficio que supondría la integración entre los sistemas CAD y CAM. De hecho, el sistema CAM contiene la geometría de la pieza y la información de entrada puede ser ofrecida por el CAD sin necesidad de realizar un rediseño. El ahorro de tiempo y la propia comodidad de trabajo también mejoran notablemente en los sistemas integrados CAD-CAM.
La clave de la integración consiste en que el sistema CAM pueda recuperar e interpretar directamente la información contenida en los ficheros creados por el CAD. Para ello, se debe añadir al sistema CAM un programa de interfaz para la lectura de estos ficheros.
Y ahí surgen los problemas, porque cada sistema CAD, y muchos son en el mercado, porque los ficheros que genera tienen una estructura especial. Es decir, un sistema CAM de otra compañía de software no sería capaz de leer estos archivos. Esto significa que hay que comprar el paquete completo CAD-CAM a cada software.
Lógicamente, el problema de integración no sólo se produce entre los sistemas CAD y CAM, sino también entre los paquetes CAD. Es decir, dos empresas que utilizan diferentes sistemas CAD no son capaces de intercambiar información electrónica del producto. Como es habitual, tienen que ir al papel. La solución a este problema es la estandarización. Pero eso es un tema para un artículo siguiente.