Consiste básicamente en cubrir el ave manchada con polvo de hierro, que absorbe el fuel y, frotándolo con un imán, se quita el hierro y el fuel de las plumas del ave.
Las pruebas se realizaron primero con plumas y después con patos muertos y pingüinos. Este método es más rápido que el baño de jabón que se utiliza habitualmente, por lo que es menos estresante para el ave.
Sin embargo, se está tratando de mejorar el método, ya que con el polvo de hierro no se elimina todo el fuel de las plumas del ave, el 2% se queda en ellas. Y como este poco de aceite afecta a la impermeabilización de las plumas, es necesario limpiarlas completamente.
Para ello se ha propuesto la utilización de partículas magnéticas más pequeñas.