El parque nacional Teide, situado en Tenerife, cuenta con una vegetación singular y propia, por lo que visita a once turistas. Se estima que alrededor de un millón de turistas visitan cada año y que podrían poner en peligro su singular vegetación.
Estos visitantes llevan semillas de especies vegetales comunes fuera del parque. Muchas de estas semillas extrañas no consiguen permanecer en el parque, pero otras sí.
Un grupo de botánicos británicos han bautizado 14 nuevas especies como invasoras permanentes. Entre ellas se encuentra la sabia frondosa, una de las 5 especies más extendidas del mundo.
Los monitores del parque trabajan por la conservación de las plantas locales. Antiguamente se extraían plantas extrañas y se quemaban. Si se cuidaran las cunetas y se arrancaran antes del arraigo de los nuevos invasores, sería mejor. Paradójicamente, para asegurar la conservación de la vegetación original y asegurar la atracción en los turistas, lo más prudente sería prohibir el acceso a los turistas.