Los investigadores del Observatorio Nacional de Astronomía Óptica de Arizona han descubierto por primera vez un sistema de dos agujeros negros masivos. Para ello han tenido que analizar las imágenes y datos de los 17.500 quasares recogidos por un telescopio de Nuevo México.
Los astrónomos conocen desde hace tiempo los agujeros negros masivos en solitario; consideran que cada galaxia tiene un agujero negro. También saben que hay galaxias que interaccionan, que pasan juntas, que a veces chocan y que nunca se unen. ¿Qué pasa con los agujeros negros al unir dos galaxias? La teoría predice que los agujeros negros girarán uno alrededor del otro y, al final, se unirán. Pero no lo vieron hasta ahora los astrónomos.
Para detectar los agujeros negros se basan en la luz que emiten los materiales que atraen y "tragan" los agujeros negros. Esta luz aporta mucha información a los astrónomos, lo que les permite saber a qué velocidad y dirección están moviendo los agujeros negros que estudian. En Quasar buscan esa luz distintiva. Los quasares son los cuerpos más luminosos conocidos por los astrónomos, que emiten luz y otras radiaciones electromagnéticas. Los astrónomos no saben de dónde proviene toda esa radiación, pero han visto que a veces, al menos, el agujero negro es emitido por una materia que se está tragando.
Pues bien, se han detectado dos chorros de radiación muy próximos entre sí en los quasares que estaban estudiando y han llegado a la conclusión de que son chorros que salen de un sistema de dos orificios negros. De hecho, afirman que entre estos dos agujeros negros masivos se encuentra un tercio de la luz y que están orbitando a 6.000 km/s.