Más de la mitad de los óvulos fecundados in vitro no se desarrollan hasta el estado blastozisto, dejan de fragmentarse y no avanzan. El Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia ha utilizado estos óvulos inviables para obtener células madre. Con ello es posible que se superen las leyes que impiden el uso de embriones en la investigación de células madre.
La vía más sencilla para la obtención de células madre es el uso de embriones, que deben estar en las primeras fases del desarrollo, ya que luego comienzan a separarse y desarrollarse las células y pierden la capacidad de suministrar cualquier tejido (no son totipotentes). Sin embargo, en muchos países está prohibido el uso de embriones para ello, en la convicción de que vulnera el derecho a la vida. No se pueden utilizar ni los embriones congelados que han sido almacenados tras la fecundación in vitro, aunque probablemente no se implantarán en el útero ajeno.
Para superar estos obstáculos, los investigadores están obligados a inventar circunloquios. El paso dado en Valencia es una oportunidad, pero no es muy eficaz, ya que la mayoría de las células de estos embriones inviables tienen defectos, por lo que no son útiles para la investigación. En cualquier caso, si los investigadores no estuvieran obligados a atajar esos obstáculos éticos, la investigación de células madre sería más fácil.