La malnutrición se mide por el índice de masa corporal (IMC), es decir, por el número que da el cuadrado de la altura de una persona. Cuando este número es menor de 16, la malnutrición suele ser dura. El índice inventa con los niños, pero con los adultos, muchas veces falla. De hecho, cuando en la vejez se comprime y contrae la columna, se obtienen índices superiores a los correspondientes.
En consecuencia, la malnutrición de los adultos se presta muy poco. El equipo de la investigadora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Suraiya Ismail, ha analizado la relación entre la longitud de los brazos y el peso de la persona, y ha es un buen indicador del índice IMC.
Por tanto, proponen utilizar este indicador para conocer el estado nutricional de las personas mayores. La investigación se ha llevado a cabo en Etiopía, pero el problema es de todos los países pobres y, aunque ha estado despreciado, de gran escala. Se estima que dentro de 50 años el 80% de los mayores de 60 años vivirán en esos países.