El monóxido de carbono que producen algunos calentadores puede dañar nuestro cerebro y disminuir la capacidad de pensar. Según estudios realizados en un hospital de Jerusalén, el monóxido de carbono afecta al sistema nervioso central aumentando la concentración de óxido nítrico en la sangre.
En unas pruebas realizadas con 45 voluntarios han podido comprobar que la memoria de los voluntarios, la capacidad de aprendizaje, la coordinación y la capacidad de abstracción, se vieron seriamente dañadas por la inhalación de un aire con una elevada concentración de monóxido de carbono emitida por un calentador de keroseno. Sin embargo, los síntomas que aparecen en general son dolor de cabeza, fatiga o sueño y son menos preocupantes.