Cuando son atacados por herbívoros, las plantas producen sustancias orgánicas volátiles para atraer a los depredadores o parásitos de estos herbívoros. Ante este comportamiento, los científicos tratan de encontrar un método que permita controlar las plagas de los insectos. La primera opción consiste en la adición de estas sustancias volátiles segregadas por las plantas, o bien en la reducción del umbral (en este caso el nivel de la peste) que las plantas necesitan para producir esta sustancia. La segunda opción es buscar plantas con mayor resistencia a los herbívoros y mayor capacidad de atracción de los predadores de estos herbívoros.
La tercera es el uso de enzimas que aumenten la liberación de sustancias volátiles. Sin embargo, dado que los genes asociados a la producción de sustancias volátiles son prácticamente desconocidos, se están estudiando los genes de la planta de Arabidopsis, con el fin de que los resultados de este estudio sirvan también para otras cosechas. Por otra parte, según el investigador holandés Marcel Dicke de la Universidad de Wagening, la mejor opción es utilizar marcadores moleculares junto con el cultivo tradicional de plantas. De esta manera se evitaría el debate sobre el cambio de genes.