Tras 25 años de desarrollo, y 20 veces el presupuesto inicial, el telescopio James Webb (JWST) está listo para lanzarse al espacio. Sus expectativas son muy elevadas y esperan que sea capaz de detectar las primeras estrellas y galaxias que se formaron.
Para ello, primero debe tirar y después llegar bien a su lugar. Y no es fácil. Para empezar, debían tirar el 24 de diciembre desde Guyana, pero como anuncian mal tiempo, han retrasado el lanzamiento al menos un día.
Tras el lanzamiento tiene un viaje de 29 días hasta su punto L2. En este punto la gravedad de la Tierra y el Sol se asemeja y la órbita se equilibra. Mientras tanto, debe poner en marcha 178 mecanismos y realizar 344 operaciones. Todos deben salir bien para que la misión tenga éxito.
Uno de los más críticos es la extensión del escudo térmico o parasol. Su misión es proteger el telescopio de la luz y la radiación solar. Tiene cinco capas de un material sintético llamado Kaplon, y mientras el exterior estará a 85 ºC, el interior estará a -233 ºC. De hecho, James Webb es un telescopio de infrarrojos que detecta objetos muy fríos. Por tanto, necesita bajas temperaturas para funcionar correctamente. No se ha hecho hasta ahora, por lo que hay mucha expectación. También con otras operaciones complejas como la colocación del segundo espejo.
Una vez en su destino comenzarán las pruebas. Durante 5 meses se confirmará que todo funciona correctamente. Y al sexto mes de su lanzamiento comenzará con el trabajo científico. A ello esperan astromas y aficionados de todo el mundo.