No todas las mujeres con ganas de amamantar consiguen dar el pecho con éxito a su bebé. Si bien la OMS recomienda que la lactancia se realice por un periodo mínimo de dos años, el 10% de los que tienen intención de amamantar lo hacen para el primer mes, el 36% para el sexto mes y el 66% para el duodécimo mes. Son los resultados de la investigación publicada en la revista Early Human Development, obtenida por investigadores de Osakidetza y de la UPV. Según el estudio, aunque la lactancia materna puede estar condicionada en los primeros días por la salud de la madre y por determinadas características fisiológicas, los factores sociales influyen mucho. Es más, los factores que más dificultan la lactancia prolongada son de carácter social.
Por ejemplo, la incomodidad en la lactancia pública es un factor que condiciona la lactancia a largo plazo. Así como la costumbre de dar chupete al recién nacido. Por otra parte, el hecho de ser extranjero, que el niño duerma en la cama de su madre y que la madre tenga un alto nivel de lactancia son factores que favorecen la lactancia prolongada.
Once variables
La investigación ha hecho seguimiento a más de 400 mujeres residentes en el entorno de Bilbao. Se han analizado factores fisiológicos, socio-culturales y de intervención del personal sanitario. Y es que aunque la lactancia es un proceso fisiológico entre la madre y el niño, la sociedad, la cultura y los hábitos hospitalarios tienen una gran influencia. En concreto, se han cuantificado los factores relacionados con la salud materna (obesidad, anemia, tabaquismo, dieta, deporte); los relacionados con la salud del bebé; los relacionados con el parto (si se trata de un parto provocado, oxitocina o anestesia utilizada, si se trata de un parto eutocico -natural); los relacionados con la intervención de las trabajadoras (si la maternidad se da en los cursos previos a la lactancia materna, si la presencia de leche materna es confortable); y el nivel de leche materna se da en el lactante en el embarazo en el parto, el parto, el parto, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el parto, y el embarazo, el parto, el parto, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el parto, el embarazo, el embarazo, el parto, el embarazo, el parto, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el parto, la salud y el embarazo, el embarazo, el embarazo, el embarazo, el parto, el parto, el embarazo, el embarazo, el parto, el parto, el parto
Condicionantes del inicio de la lactancia
Según el estudio, el tabaquismo materno y la anemia postparto inciden directamente en la lactancia. La fumadora en el embarazo reduce 3,6 veces la lactancia materna y 4,6 veces la anemia postparto. No está claro qué mecanismos fisiológicos pueden estar en la base de estos dos factores, pero en el caso del tabaquismo, además del miedo a perjudicar al niño, es posible que en la base de la dificultad de la producción de leche haya cambios que el propio tabaco produce a nivel hormonal. También en el caso de la anemia, la escasez de hierro puede provocar el retraso de la lactogénesis. No obstante, sólo afectan al inicio de la lactancia. Una vez establecida la lactancia, apenas causan molestias.
Influencia del personal sanitario
Además, ambos factores tienen un efecto más negativo en el inicio de la lactancia, los protocolos de partos y algunas intervenciones del personal sanitario: por ejemplo, la administración de leche suplementaria de fórmula en el hospital reduce 7,4 veces la posibilidad de iniciar correctamente la lactancia. La aplicación de anestesia epidural en el parto también reduce 5,4 veces la posibilidad de lactancia prolongada.
Condicionantes sociales y culturales
Llama la atención la influencia de factores culturales y sociales. Por ejemplo, el hábito de chupetear al recién nacido durante la primera semana reduce en 8,8 ocasiones la probabilidad de que la lactancia comience bien. El hecho de que el recién nacido se oponga a dormir en la cama de su madre reduce hasta 4,4 veces la posibilidad de fijar con éxito la lactancia. Y, por supuesto, los locales tienen 9 veces menos oportunidades que las extranjeras.
Además, los factores sociales, a diferencia de los fisiológicos, tienen una gran influencia a largo plazo: por ejemplo, las madres que se sienten incómodas de amamantar en público tienen 1,8 veces menos opciones para seguir amamamantando a los seis meses.
Estrategias que tengan en cuenta los condicionantes sociales
Los autores del estudio señalan que es fundamental promover la lactancia materna en todas las sociedades y han puesto de manifiesto que los datos actuales son preocupantes: el 94% de las madres utilizaron la anestesia en el parto y el 75% la oxitocina; y el 51% de los recién nacidos recibieron en el hospital la leche adicional de fórmula, el 43% el chupete.
Según los científicos, los resultados de la investigación pueden ayudar a desarrollar estrategias más eficaces que fomenten la lactancia materna. Teniendo en cuenta que los factores fisiológicos sólo inciden inicialmente, es imprescindible revisar los agentes sociales y las intervenciones del personal sanitario. Han recordado que muchas veces las normas culturales se heredan inconscientemente en la sociedad. Por lo tanto, la clave puede ser trabajar para que las madres se sientan cómodas en la lactancia pública, recuperar el hábito de dormir con el niño, fomentar los partos eutócicos y evitar el chupete y la leche adicional de fórmula a los recién nacidos en los casos en los que no existan necesidades urgentes. Por otro lado, recuerdan que es difícil garantizar la lactancia prolongada mientras las bajas maternales sean inferiores a seis meses.