Los animales carnívoros prisioneros en el zoo sólo duermen para descansar. Simulan estar dormidos para huir de las miradas de los visitantes, y a menudo su locución suele ser pura autodefensa. A esta conclusión ha llegado la zoóloga austríaca Mircea Pfleiderer tras tres años de estudio en zoos de leones, tigres, lobos y linces.
Cuando la bestia parece dormida, incluso cuando está tumbada, mantiene la cabeza levantada y conserva su cuello, garganta y abdomen. Los oídos también denuncian perfectamente que su sueño es falso porque están erguidos.
Según la científica austriaca, los carnívoros (cuando viven libres en su hábitat natural) miden sus fuerzas de cara a cara. Lo que siente que tiene menos fuerza que el resto se oculta, pero en el zoo es imposible.
Para evitar que los leones y las panteras se estrellan con la mirada del público, Mircea Pfleiderer propone habilitar espacios reservados al margen de las redes, así como la colocación de vidrios especiales para que los visitantes puedan verlos sin molestar.