En los últimos diez años, la banquisa arcaica ha adelgazado dos metros según el doctor Peter Wadhams de la universidad de Cambridge. La banquisa, situada en el norte de Groenlandia, tenía un espesor de 6,5 metros en 1976 y sólo 4,5 metros en 1987.
La consecuencia de este adelgazamiento de la banquisa será el aumento de la concentración de dióxido de carbono en nuestra atmósfera. La razón es que muchos de los CO2 atmosféricos se disuelven en la superficie oceánica y cuando en los polos se congela el agua de los océanos, el hielo vierte la sal al agua. El agua salada y pesada se hunde en el Ártico arrastrando consigo CO2 disuelto.
Si la banquisa se adelgaza, por lo tanto, la cantidad anual de dióxido de carbono (CO2) atrapado será cada vez menor, aumentando el efecto invernadero.