Muy pocos investigadores se han preocupado por la genética del plátano, a pesar de ser el alimento esencial de los países en desarrollo. Sin embargo, un grupo de científicos europeos ha comenzado a trabajar en ello y gracias a un mapa genético parcial se puede hacer una clasificación independiente de los criterios fisiológicos y agronómicos.
Cuando el plátano es inclinado tiene un material genético diploide (doble número de cromosomas). Sin embargo, los plátanos trabajados han añadido a lo largo del tiempo otros cromosomas. Esta característica da un mejor sabor al fruto, pero se vuelve estéril. Por ello, uno de los objetivos de la investigación será encontrar los antepasados diploides de los plátanos trabajados y a partir de ahí iniciar una mejora genética.