Un equipo de investigación de la Universidad de Washington ha demostrado que la introducción de bacterias del intestino humano en el ratón transforman el metabolismo y pueden provocar adelgazar o engordar. Según la investigación publicada en la revista Science, las bacterias no deciden todo, la dieta también tiene mucho que ver. Los científicos también han identificado bacterias que ayudan a estar delgados.
Para llegar a estas conclusiones, a un grupo de ratón se les trasplantó la flora intestinal de varios gemelos. En cada pareja de gemelos, uno de ellos era grueso y el otro flaco. Para el trasplante se introdujeron muestras de heces en el intestino de los ratones. Los ratones que recibieron bacterias de los espesos se engordaron y acumularon más grasa que los ratones que recibieron la flora intestinal de los delgados.
Otra sesión más curiosa con los ratones. Los ratones tienen costumbres más coprofetas, es decir, comen el excremento de los demás. Los científicos descubrieron que los ratones habían incorporado la flora intestinal de los gemelos delgados y gruesos. Se les aplicó una dieta basada en frutas y hortalizas, y pudieron comprobar que los ratones gruesos habían tomado la tendencia de los delgados y dejaron de acumular grasa, mientras que los delgados no se engordaron. Los investigadores identificaron 39 especies de bacterias que lograron establecerse en ratones gruesos.
El trasplante de heces puede no ser la vía más adecuada para combatir la obesidad, pero la Universidad de Washington está pensando en estudiar otras vías de administración de estas bacterias sanas, como la producción de yogures enriquecidos con estas bacterias que se han identificado.