Microbiólogos de la Universidad de Pennsylvania y de la Universidad de Arizona han descubierto que la mayoría de las bacterias han evolucionado desde el mismo ancla, pero no en el mar, sino en tierra.
La diferencia radica en la temperatura. Los antepasados de bacterias marinas evolucionaron en las fuentes hidrotermales, es decir, en las zonas de alta temperatura, lo que tiene consecuencias en los genomas de estos microbios: por ejemplo, en las bases de la información genética, la relación entre guanina y citosina es mucho más fuerte que entre adenina y timina. Por lo tanto, en el genoma de bacterias que viven a temperaturas muy altas, la pareja guanina-citosina es más abundante que la otra.
Esto permite que los microbiólogos sepan si el ancestro de cada bacteria se desarrolló en el mar --en definitiva, un genoma capaz de resistir la alta temperatura-. El resultado es claro: de las 9.740 especies analizadas, 6.157 no se desarrollaron en fuentes hidrotermales marinas.