Axolote, Ambystoma mexicanum, es un arrabio endémico mexicano muy interesante para los biólogos desde el punto de vista evolutivo y de la capacidad de recuperación. Precisamente, un grupo de investigadores acaba de publicar en la revista Nature un trabajo sobre esta sorprendente capacidad de formación.
El investigador Martin Kragl y su equipo han utilizado proteínas fluorescentes para ver cómo se forman distintos tipos de células de un grupo de células aparentemente iguales. De hecho, cuando los axolotes pierden una parte del cuerpo, se vuelven a formar a partir de un grupo de células que se llaman blastemas.
Las células del blastema son maduras pero tienen la capacidad de transformarse en más de un tipo de células: óseas, cartilaginosas, superficiales... Gracias a las proteínas fluorescentes, han analizado cómo se lleva a cabo este proceso. Así se ha demostrado que por cada tipo de célula que queda cuando se extrae una parte del cuerpo se generan los mismos tipos de células, aunque antes pasan por la fase blastema. De alguna manera recuerdan de qué tipo son las células.
Ahora, los investigadores quieren saber cuáles son las señales celulares que guían las células del blastem, información que, según ellos, será de gran utilidad en la investigación de células madre humanas.