¿Cuántas veces hemos oído que el tráfico urbano es alérgico a alguien? En estos casos, la palabra alergia significa que a alguien le molesta la circulación. Sin embargo, según los investigadores, es cierto que el humo de los coches aumenta la alergia, por lo que la lectura literal también es correcta.
Los investigadores sabían que existía una relación directa entre la contaminación urbana y la alergia. Ahora, gracias a una investigación llevada a cabo en la ciudad alemana de Múnich, han descubierto cómo le afectan. Parece que las moléculas de proteínas que están en el aire son más dañinas por los gases emitidos por los coches.
Cerca del 5% de las partículas en el aire son proteínas, algunas de las cuales son alergénicas, es decir, pueden producir alergia. Sin embargo, estas proteínas se vuelven más alergénicas al reaccionar con los gases de los coches, y algunas no alérgenicas se vuelven nocivas tras la reacción.
Parece que el responsable es el dióxido de nitrógeno y la mezcla de ozono que emiten los coches. La mezcla reacciona con moléculas de proteínas presentes en el aire y el grupo de nitratos se une a la proteína. En consecuencia, la reacción alérgica que produce la proteína es más violenta que antes.
Aún no saben muy claro por qué la respuesta alérgica aumenta por efecto del nitrato, pero parece que la tirosina de las proteínas se asocia al aminoácido y que los anticuerpos producen contra esta zona. Sin embargo, no es ésta la única explicación sobre la capacidad alergénica de las proteínas, ya que hay que tener en cuenta otros factores como la forma o la forma de estas proteínas.