¿Cómo eliminar la resistencia a un antibiótico de una bacteria para que el medicamento pueda actuar como antes? Eso es lo que los investigadores querían conseguir y al final parece que han tenido éxito. Los investigadores han identificado una molécula que extrae el fragmento de ADN resistente a la bacteria.
Las bacterias se convierten en resistentes por diferentes vías. A veces mutan el lugar al que se dirige el fármaco. Otras veces las bacterias producen un gen que neutraliza el medicamento. De un modo u otro, las bacterias desarrollan la resistencia, evitando así que el medicamento les dañe.
Esta resistencia, además, se transmite, normalmente mediante plasmidos. Los plásmidos son pequeños fragmentos de ADN espirales que funcionan aparte del genoma del organismo y que se propagan fácilmente de una célula a otra.
Cada antibiótico tiene una vía de lucha contra las bacterias, pero estas vías se dividen en tres grandes grupos. Por ello, un plásmido con uno o varios genes resistentes es fácilmente capaz de neutralizar la mayoría de los fármacos.
Ahora, en la Universidad de Illinois de Estados Unidos, han descubierto la forma de eliminar los plásmidos del ADN de las bacterias resistentes. Para ello han utilizado una molécula llamada apramicina. Esta molécula se asemeja a una pequeña parte del ARN. Se asocia a cadenas de ARN que contienen información genética, evitando así la duplicación del plásmido. La bacteria toma el plásmido como extraño y lo expulsa.
Los investigadores han probado la molécula de apramicina en la bacteria Escherichia coli, resistente a la anpizilina antibiótica, y han demostrado que la bacteria pierde el plasma que le da resistencia. Por tanto, la ampicilina antibiótica consigue eliminar la bacteria como en un principio.
La apramicina es una molécula bastante tóxica, por lo que no puede utilizarse en pruebas clínicas. Sin embargo, como ahora saben cuál es su mecanismo, los investigadores esperan poder utilizar otras moléculas con el mismo efecto.