Un grupo de investigadores del Instituto de Física Nuclear de Basilea ha mejorado el "microscopio de túnel efecto", principal herramienta de nanotecnología.
Detecta la mezcla de lubricantes colocada en la superficie de un objeto mediante el nuevo microscopio con una resolución de 5 angstromes, es decir, cien veces mejor de lo que hasta ahora estaba para estudiar los lubricantes.
El microscopio permite observar la disposición superficial de las diferentes moléculas de mezcla. También puede medir la fuerza con la que se adhieren las diferentes moléculas. Esta característica es importante cuando se utilizan superficies sólidas como aceites (es decir, hidrocarburos) o teflón (fluorocarbonos). Un buen lubricante debe facilitar el desplazamiento de las piezas mecánicas en contacto, pero a la vez debe pegarlas correctamente a las superficies para evitar que se desplacen en el movimiento.
El equipo dirigido por el doctor Ernst Muller ha demostrado que los problemas de fricción entre dos superficies de silicio pueden resolverse con un lubricante de dos compuestos. Por un lado, la capa de fluorocarbonos se adhiere fuertemente a la superficie sobre la que se quiere proteger, sobre la que actúan las isletas de hidrocarburos.