Algunos huevos son ovoides y otros esféricos. ¿Por qué? ¿qué determina la forma del huevo? El matemático británico Tomás Szekely, de la Universidad de Bristol, afirma que todo depende del número de huevos puesta.
La razón está clara: teniendo en cuenta el lugar de puesta y la cantidad de huevos, la forma del huevo permite almacenar el calor lo máximo posible en la incubación. La paloma, por ejemplo, pone dos huevos ovalados que pueden estar pegados entre sí. Si fueran esféricos no podría hacerlo.
Los albatros, por su parte, ponen un huevo único y esférico, siendo más fácil de incubar. El ave Martín pone huevos en forma de peras para conseguir una mayor estabilidad en los acantilados. Las txirrias colocan periódicamente cuatro huevos, la mitad esférica y la otra mitad punteada, que se acumulan perfectamente juntos.