Huevo en botella
Para empezar necesitamos una botella de cuello ancho. El cuello debe ser más ancho que el de una botella de agua, pero más estrecho que el huevo. Las utilizadas para el zumo de fruta son muy adecuadas.
Ahora coceremos el huevo. Para ello se coloca el huevo fresco en un recipiente de la cocina y se llena de agua hasta cubrir bien el huevo. Mantener en ebullición unos 12 minutos.
Después se deja enfriar y se retira la piel. A continuación se recoge el papel de la cocina con forma alargada para que pueda introducirse en la botella y se vierten unas gotas de alcohol en el extremo
Prender fuego con una cerilla al extremo impregnado de alcohol (tened cuidado de no quemarlo) e introducir el papel en el fuego dentro de la botella. Déjala caer hasta el fondo. Sin perder tiempo, ponte el huevo en la boca de la botella con la parte más estrecha hacia el interior y verás cómo se introducirá el huevo dentro de la botella (ver figuras 1 y 2).
¿Por qué se ha introducido el huevo en la botella?
La respuesta está en los componentes del aire. De hecho, cerca de un tercio del aire es oxígeno. Al quemarse, el papel se combina con oxígeno, se convierte en hollín y, por lo tanto, el volumen disminuye de forma espectacular.
Su combinación con carbono apenas ocupa espacio. Es decir, dentro de la botella se ha producido un cierto vacío y la presión atmosférica ha empujado al interior del huevo.
Zu idazle
Zientzia aldizkaria
