Los arqueólogos trabajan desde 1987 en el yacimiento de Aroeira. Se han encontrado fósiles de distintas épocas, entre ellos un par de dientes del Osín de los Huesos de Atapuerca, y en 2014, metidos en la roca, se encontró un calavera. Desde entonces han estado estudiando y ahora han publicado los resultados de la investigación en la revista PNAS.
En el artículo se ha determinado que tiene entre 390-436 miles de años, utilizando la técnica del uranio/torio. Por lo tanto, se ha situado en el Pleistoceno Medio, que según los arqueólogos es el momento más interesante para entender la evolución humana en Europa, ya que los fósiles de los neandertales más antiguos y los instrumentos de la cultura atxeliana confluyen.
La cultura atxeliana nació en África hace un millón de años. En Europa, sin embargo, no existen restos de instrumentos de esta cultura hasta hace 500.000 años. De ahí la importancia de que los instrumentos y fósiles humanos de aquella época aparecieran en el mismo lugar. En el caso de Aroeira, la presencia tan occidental tiene un significado especial para los investigadores, lo que pone de manifiesto la rápida difusión de esta cultura en Europa. Además, se han encontrado utensilios de piedra y huesos animales, algunos de ellos asados. De ahí se deduce que dominaban el fuego.
Los instrumentos de la cultura atxeliana y los restos del uso del fuego han aparecido también en otros yacimientos de la época, como es el caso de Atapuerca. Sin embargo, el estudio del cráneo ha demostrado que el hombre de Aroeira no era exactamente igual al de Atapuerca. Se ha determinado que tiene unidos varios arcos sobre órbitas, como los neandertales más antiguos. Por ejemplo, en Atapuerca, un individuo del yacimiento de la Gran Dolina lo tenía. Por el contrario, están separados por cráneos de otros yacimientos de la misma época.
Todas las demás características del cráneo se han descrito en el artículo describiendo su naturaleza y comparándolas con otros fósiles, no sólo de la misma época sino también del Homo erectus, por ejemplo. Y han llegado a la siguiente conclusión: Los seres humanos que vivían en Europa durante el Pleistoceno Medio eran morfológicamente más diferentes entre sí que en la actualidad entre nosotros. Pero, al mismo tiempo, la cultura se extendía rápidamente por el continente. De ahí su interés por el fósil de Aroeira, que ayuda a comprender esta época de la evolución.