Las arañas se pegan a cualquier superficie mediante una de las fuerzas que se unen entre sí, es decir, mediante la fuerza de Van der Waals. Esta fuerza está basada en la interacción electrostática interatómica y es fácilmente entendible que se produzca en cosas muy pequeñas. Pero, sorprendentemente, estas fuerzas también son resistentes a las arañas, incluso cuando se mueven boca abajo.
Para confirmarlo, investigadores alemanes y suizos han analizado las patas de la araña Evarcha arcuata mediante microscopios electrónicos. Están llenos de pelos pequeños y cada pelo también está formado por pelos microscópicos.
Los investigadores siguieron la investigación con otro microscopio más preciso, el de fuerza atómica. Este microscopio, además de poder ver cosas del tamaño de las moléculas, mide las fuerzas interatómicas. De esta manera han conseguido conocer que la fuerza que ejercen los pelos microscópicos, es decir, la capacidad de pegar que tiene la araña, es muy grande teniendo en cuenta el tamaño de la araña.