Este extenso territorio situado en el Polo Sur ha sido fuente de información durante la pasada década. El agujero de ozono y el efecto invernadero han generado una gran preocupación en la sociedad. A pesar de que en esta década de inicio los problemas mencionados anteriormente se mantengan, se añadirán otros nuevos.
Los poderes económicos mundiales conocen la riqueza de las tierras del Polo Sur. Sin embargo, gracias al acuerdo firmado por 39 estados para la custodia del Antártico, hasta la fecha se ha respetado bastante bien el tesoro local.
En una reunión celebrada el año pasado en Madrid, los Estados firmantes comenzaron a mostrar diferentes puntos de vista. Mientras Japón, Reino Unido y EE.UU abogaban por abrir el camino hacia la explotación del territorio, Australia y Francia se mostraron partidarios de dejar las cosas como estaban.
En la actualidad, aunque el derecho de veto utilizado por estos últimos Estados subsista, científicos e investigadores han mostrado su preocupación, ya que el veto limita la explotación del territorio y la investigación que se puede realizar en el mismo.