Los neandertales que vivían en Amalda organizaban el espacio en función uso

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

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Entrada a la cueva de Amalda. Ed. Patrimonio-GV

La cueva de Amalda (Zestoa) es objeto de estudio desde hace tiempo, ya que las huellas de los neandertales que la habitaron son muy útiles para conocer la vida de aquellos seres humanos. En la vertiente cantábrica: cronología, estructura social, costumbres… En esta ocasión, utilizando técnicas geo-espaciales, los animales carnívoros y neandertales han analizado el lugar y el destino de la cueva, bajo la dirección de Laura Sánchez Romero, del Centro de Investigación de la Evolución Humana HERC de la Universidad de California.

Este trabajo se enmarca dentro de otro estudio más amplio dirigido por Joseba Ríos Garaizar y cuyos resultados han sido publicados en la revista Scientific Reports. Según Ríos, durante la investigación han visto que carnívoros y neandertales utilizaron distintos lugares de la cueva, “la parte externa humana y la parte interna de los carnívoros”.

También han elaborado una cronología en la que se ha comprobado que los primeros seres humanos ocuparon el lugar y que luego entraron los carnívoros. “Para entonces los neandertales ya no estaban en la cornisa cantábrica”, matiza Ríos.

Además, han comprobado que los neandertales habían antoaltado el espacio en función de la actividad, es decir, utilizaban un espacio específico para cada actividad. Según Ríos, “esto es bastante interesante porque demuestra que tenían organizadas sus acciones y de ahí podemos deducir que también tenían organizada la sociedad”.

 
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