El acero inoxidable es una aleación de hierro y cromo tan persistente gracias a su óxido de cromo en su superficie. Sin embargo, a veces aparece corrosión y sus consecuencias son muy graves. Ahora parece que han encontrado la causa, por lo que parece que se ha abierto el camino para aumentar la resistencia a la corrosión.
Los investigadores de la Escuela Universitaria de Londres han estudiado la corrosión del acero inoxidable. Al parecer, estos pequeños puntitos de corrosión que con el tiempo se convierten en agujeros aparecen por todas partes. Sin embargo, mediante un microscopio especial, han visto que estos puntos se encuentran en momentos de ausencia de cromo.
Al parecer, las impurezas de azufre inferiores al millón de milímetro tardan más tiempo en solidificarse que el acero y cuando el lingote se enfría, se apoderan del cromo circundante. En consecuencia, el acero circundante queda desprotegido del óxido de cromo.