David Padwa, jefe de la expedición al Everest, afirma: Ha salvado la vida de dos amigos que han sufrido graves problemas de edema pulmonar.
El saco pesa 5 kilos y está fabricado en nylon recubierto de poliuretano. El montañero que comienza a padecer una enfermedad de altitud no tiene más que meterse en el saco. Otro montañero llena el saco de aire mediante una bomba y aumenta la presión interna. A pesar de que el saco se encuentra a unos 4.000 m, aumentando la presión se puede alcanzar una situación de 2.000 m.
El saco proporciona comodidad y seguridad al paciente hasta que baja. En el modelo actual es necesario bombear aire continuamente al interior del saco para mantener el nivel de óxido de carbon(IV) sin elevar a la medida peligrosa. Diez golpes por minuto son suficientes.
No obstante, se están llevando a cabo los estudios de preparación de absorbentes químicos y de las vías de generación de oxígeno que eliminarán el exceso de dióxido de carbono del saco. Se pretende que el saco sea útil sin bombear aire.