Enfermedad de Altitud

Un montañero norteamericano, el ingeniero químico Igor Gamow, ha inventado un saco de dormir que puede salvar a los montañeros de la enfermedad de altitud. Se ha probado por primera vez en una expedición al Everest. (ver en este número el artilulo titulado Osasuna goi menetan).

David Padwa, jefe de la expedición al Everest, afirma: Ha salvado la vida de dos amigos que han sufrido graves problemas de edema pulmonar.

El saco pesa 5 kilos y está fabricado en nylon recubierto de poliuretano. El montañero que comienza a padecer una enfermedad de altitud no tiene más que meterse en el saco. Otro montañero llena el saco de aire mediante una bomba y aumenta la presión interna. A pesar de que el saco se encuentra a unos 4.000 m, aumentando la presión se puede alcanzar una situación de 2.000 m.

El saco proporciona comodidad y seguridad al paciente hasta que baja. En el modelo actual es necesario bombear aire continuamente al interior del saco para mantener el nivel de óxido de carbon(IV) sin elevar a la medida peligrosa. Diez golpes por minuto son suficientes.

No obstante, se están llevando a cabo los estudios de preparación de absorbentes químicos y de las vías de generación de oxígeno que eliminarán el exceso de dióxido de carbono del saco. Se pretende que el saco sea útil sin bombear aire.

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