El perro es una especie criada por el hombre, y la selección da lugar a razas muy diferentes. Por ejemplo, la diferencia entre el diminuto Chihuahua y un perro de caza irlandés es evidente, sobre todo su tamaño. Por ello, ambas razas caninas son muy adecuadas para estudiar la base genética del tamaño de los perros. En ello han trabajado en el Instituto de Investigación del Genoma Humano de Estados Unidos y, secuenciados por los genes de varios perros, han descubierto que el que separa a los perros grandes y pequeños es un único gen.
Es más, parece que la clave de la pequeñez de muchas razas caninas está en un único nucleótido del gen IGF1. Esta variedad genética de los perros más pequeños se remonta a tiempos remotos (siglos), por lo que al crecer las razas caninas parece que el hombre escogía ejemplares de pequeño tamaño.