La paradoja de los mayores

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

Publicado en Berria el 19 de abril de 2020

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Se corre el riesgo de que las medidas adoptadas para proteger a las personas mayores se vean afectadas. - Ed. -

En torno al COVID-19, las contradicciones y paradojas están aflorando de forma casi permanente. Las medidas y normas para proteger la salud de las personas mayores son un claro ejemplo de ello. Se sabe que el virus SARS-CoV-2 afecta especialmente a las personas mayores. Algunas de sus causas son biológicas: a medida que avanza la edad se va perdiendo la capacidad de conocer y resistir los sistemas inmunitarios patógenos. Es por ello que las autoridades sanitarias han pedido que se implique con rigor el alejamiento social para evitar que se infecten.

Pero no sólo por razones biológicas, sino también por motivos sociales, tienen una gran influencia en la gravedad de la enfermedad. Basta con recordar un dato que contenía el diario BERRIA del viernes para darse cuenta: Casi la mitad de los fallecidos en Hego Euskal Herria por el COVID-19 procedían de residencias.

Tal y como se está evidenciando en otros colectivos (con diversidad física o psíquica, con problemas económicos, con violencia machista...) el problema no ha surgido ahora, ya existía, y la gestión del covid-19 ha aflorado y aumentado. Así lo han confirmado los estudios realizados por la Universidad Pública de Navarra, la Universidad del País Vasco y Mondragon Unibertsitatea, según los cuales entre las personas mayores se ha producido un aumento de la ansiedad, el sentimiento de soledad y el miedo debido al confinamiento.

La revista médica The Lancet también ha recogido estas conclusiones en su artículo sobre la influencia del alejamiento social en las personas mayores. Y explica que la no posibilidad de ejercicio físico fuera de casa es un factor de riesgo importante en la depresión y en otras alteraciones psíquicas.

El mismo artículo advierte también de los daños físicos derivados de la falta de ejercicio. Recuerda las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud: 150 minutos de ejercicio físico suave a la semana o 75 minutos más intenso. Y especifica que, a partir de los sesenta años, el riesgo de mortalidad por cualquier causa se reduce en un 22% si se realiza ejercicio físico, incluso por debajo de lo recomendado por la OMS. También menciona otros beneficios como la mejora de la agilidad, coordinación y flexibilidad en la movilidad y en las actividades diarias, el mantenimiento del peso adecuado y la prevención de caídas.

Por otro lado, las personas mayores no cuentan con los mismos recursos y facilidades que otros grupos de población para afrontar el alejamiento social y el sedentarismo que supone el confinamiento. Además, subrayan que el COVID-19 ha traído otra variable, que no estaba en otros estudios previos sobre soledad: la incertidumbre.

Y es que nadie sabe cómo evolucionará la pandemia, en menor medida, ni cuánto tiempo durarán las órdenes de alejamiento social. Sin embargo, las autoridades han sugerido que puede prolongarse el confinamiento para las personas mayores.

Ante esta situación, el artículo propone tres medidas para paliar los efectos del aislamiento. En primer lugar, ofrecer a través de la televisión, radio e internet consejos para cuidar la salud psíquica y física (ejercicio y dieta), así como pautas para el uso de los recursos digitales para relacionarse con amigos y familiares. Además, canalizar la asistencia del personal sanitario a nivel personal y, por último, la atención y acompañamiento mediante voluntariado.

En parte se han puesto en marcha. Por ejemplo, ETB1 Adinberri ha comenzado a impartir una sesión para trabajar el bienestar físico y emocional de las personas mayores, y una de las prioridades de las redes de solidaridad que se han creado en los pueblos y barrios son las personas mayores. Pero está claro que no es suficiente. La flexibilización racional del confinamiento facilitaría enormemente una mejor atención a las personas mayores para que lo que se necesitaría para el bien no fuera contraproducente.

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